martes, 22 de marzo de 2016

Arquitectura Militar en Venezuela

La arquitectura de esta época se caracteriza por su discreta modestia. La explicación está en las condiciones socio-económicas del país. Venezuela no ofrecía entonces a los colonizadores las inmensas riquezas guardadas por la naturaleza para tiempos posteriores. La arquitectura colonial venezolana es construida desde el siglo XVI cuando Venezuela comienza a ser colonia dependiente del Imperio español, hasta 1810, cuando comienza el proceso de independencia de Venezuela.
Durante la época de la colonia eventualmente se producían enfrentamientos entre los conquistadores españoles y bárbaros que navegaban en costas venezolanas, a fin de apoderarse de las provincias ubicadas en las costas del país. Para el momento, los reinos de Europa afrontaban una crisis económica, por lo que tripulaciones armadas inglesas, holandesas, portuguesas y francesas arribaban a Venezuela, con el fin de apropiarse de los territorios de la provincia y saquear las ciudades costeras.
Las costas e islas venezolanas fueron escena de combates producidas por corsarios y piratas, por lo que España se vio en la obligación de mantener su imperio, construyendo castillos, baluartes, cuarteles y fortificaciones que resguardaban las ciudades de la provincia.

Características

La arquitectura de esta época se caracteriza por su discreta modestia.
Venezuela no ofrecía entonces a los colonizadores las inmensas riquezas  guardadas por la naturaleza para tiempos posteriores.
 La arquitectura colonial venezolana es construida desde el siglo XVI cuando Venezuela comienza a ser colonia dependiente del Imperio español, hasta 1810, cuando comienza el proceso de independencia de Venezuela.
Para el momento, los reinos de Europa afrontaban una crisis económica, por lo que tripulaciones armadas inglesas, holandesas, portuguesas y francesas arribaban a Venezuela, con el fin de apropiarse de los territorios de la provincia y saquear las ciudades costeras.
Las costas e islas venezolanas fueron escena de combates producidas por corsarios y piratas.
Venezuela posee la mayor cantidad de edificaciones coloniales en Latinoamérica.
Debido a su posición Geográfica, localizada frente al mar, se puede evitar a todo aquel que quisiera evitar invadir las tierras ya poseídas por los pescadores.
Venezuela era una provincia aparentemente poco rica no podía permitirse el lujo de construir edificios de alto costo a imitación de los grandes virreinatos que existían para la época y la sociedad colonial no brindaba tampoco un cuadro tan próspero como el de otros países de América Latina.

Ejemplos Arquitectónicos de este tipo

El Fuerte de Santa Rosa de La Eminencia, conocido popularmente como el Castillo de Santa Rosa y ubicado en la Ciudad de La Asunción (Estado Nueva Esparta, Venezuela), fue construido en el siglo XVI, después del desembarco de más de 500 piratas franceses que, al mando del Marqués de Maintenon, saquearon la ciudad de La Asunción en enero de 1677.


El Castillo de San Antonio de la Eminencia fue construido entre 1659 y 1686 en el cerro Pan de Azúcar, desde donde domina la ciudad y a su vez puede observar el golfo de Cariaco y la península de Araya. Fue la fortificación más importante que protegía Cumaná, con un diseño de estrella de cuatro puntas, cada una de las cuales apunta a un punto cardinal; paredes de dos metros de espesor y una potente artillería, siguió en servicio bien entrado el siglo XIX. También se encuentra conectado a la ciudad mediante túneles y pasadizos.

Castillo de San Antonio 1998 007.jpg






















miércoles, 9 de marzo de 2016

Economía 

El pueblo Wayú está dedicado especialmente al pastoreo la que se hizo muy importante durante los siglos XVI y XVII, motivando a partir de la segunda centuria la expansión y sometimiento de pueblos vecinos que también vivían en la península. Los bovinos se consideran el mayor valor, pero su crianza es limitada por las condiciones ambientales. Cada clan tiene una marca de hierro, ya que el ganado es marcado con el símbolo clanil. 

Las cabras (kaa'ulaa) o chivos, registran el mayor número de cabezas y son cuidados en rebaños de 100 a 150 animales y a veces de muchos más. Anteriormente se criaban muchos caballos, asnos y mulas, pero en los últimos años las epidemias han diezmado estas especies.

Entre los wayús, el ganado es la principal riqueza y además el principal motivo de prestigio y ganancia. Aunque se comercia con él, se intercambia de modo no comercial: para sellar una alianza matrimonial, como derecho sobre una descendencia o para compensar daños o delitos, solucionar conflictos y establecer la paz. Además, el pastor asocia su ganado a los rituales que marcan su ciclo vital. Donde es posible, tiene una pequeña huerta llamada apain, donde siembran maíz, fríjol, yuca, pepino, ahuyama, melón y sandía, sin que puedan rotar ni variar de cultivos, debido al clima.

La economía es mixta pues se requiere también de otro tipo de actividades económicas como la pesca, el comercio (incluido el "bachaqueo" o contrabando entre Venezuela y Colombia de gasolina, whisky y artículos de primera necesidad), la producción textil tradicional, la cerámica y el trabajo asalariado en haciendas, en las minas de carbón de El Cerrejón ( en manos de la Exxon y la Glencor) y El Guasare, en las explotaciones de talco y dividivi y también cuenta con la Cooperativa Ayatawacoop bajo control indígena, la comercialización de combustibles y derivados del petróleo donde son aproximadamente 1.200 asociados a la cooperativa y el 80% son indígenas o en el sector de servicios.

La explotación de la sal marina en Manaure era realizada desde antes de la llegada de los europeos. Primero la Corona española y luego el estado colombiano explotaron las salinas y varios wayú se hicieron asalariados, aunque otros mantuvieron explotaciones artesanales. En 2005, después de una larga lucha, transitoriamente la explotación de la sal estuvo de nuevo en manos de los indígenas, pero una sentencia los ha despojado nuevamente.



Cultura

Existen por lo menos 30 clanes, entre los cuales están los Ulewana, Epieyú, Uriana, Ipuana, Pushaina, Epinayú, Jasayú, Arpushana, Jarariyú, Wouriyú, Urariyú, Sapuana, Jinnu, Sijona, Pausayú, Uchayar'u, Uriyú, Warpushana, Worworiyú, Pipishana y Toctouyú. El mayor porcentaje de población se encuentra en los clanes Epieyú, Uriana e Ipuana.

El hombre puede tener varias mujeres. Antes del matrimonio el novio debe llegar a un acuerdo con los padres de la novia en una reunión denominada ápajá y entregar a ellos la cantidad de ganado y joyas que acuerden. La mujer permanece en el hogar y es símbolo de respeto y unidad. Habitan en rancherías (piichipala o miichipala), pequeñas comunidades distantes unas de otras, conformadas por agrupaciones de parientes cercanas al clan. El pastoreo es la actividad más importante. El número de cabras, reses, caballos y mulas son el símbolo de riqueza y poderío. El tejido es una labor que combinan con las demás actividades cotidianas, en los ratos libres, en las visitas y cuando van de viaje.

Un personaje de gran importancia en cada comunidad es el piachi', quien ha adquirido poder espiritual mediante su experiencia visionaria y las virtudes otorgadas durante sueños o trances que se interpretan como la incorporación de un espíritu protector Seyuu, por lo que es llamado para curar. Los espíritus se comunican con los humanos vivos en los sueños. Maleiea es el creador; Pulowi mujer primigenia; Juyá la lluvia;Shanceta, Acaracuy y Kéerraria espíritus de lugares especiales; Yoruja los espíritus errantes de muertos. El wayú cree que tras la muerte va a Jepirá, el Cabo de la Vela, lugar de felicidad donde se descansa hasta que tras el segundo velorio, cuando los restos son exhumados para llevarlos un sitio definitivo, el espíritu del muerto toma el camino hacia la eternidad.

Los conocimientos retenidos en la memoria han pasado de una generación a otra para plasmarse con manos wayú en un sinnúmero de objetos tejidos de singular belleza y funcionalidad, elaborados en diversidad de técnicas, formas y colores. Anteriormente los wayú se valían de materiales naturales de su medio ambiente para elaborar y tinturar los hilos de sus tejidos; esta antigua transformación ha sido reemplazada por las materias primas procesadas industrialmente, en especial finos hilos de algodón mercerizado, hilazas y fibras acrílicas en vistosos colores.

Las diferentes actividades cotidianas, las festividades y los rituales implican ampliamente el uso de la música tradicional. Las labores de pastoreo se acompañan con música producida por flautas o canutillas, los pitos hechos de elementos del medio como el limón seco se usan en actividades de ganadería. La danza autóctona yocna o yonna (conocida como chicha maya), se usa en las celebraciones relacionadas con el desarrollo de la mujer e implica pasos en donde ella avanza desafiando al hombre, que retrocede tratando de no caer.


Historia

Los wayu hacían parte de sus costumbres ancestrales, la caza, pesca y recolección, así como la horticultura, donde ella era posible, al sur de la península o en otros lugares con un ambiente menos desértico que el actual. La vivienda era comunal, en forma de maloca. La maloca es un espacio sagrado concebido como el Vientre de formación del ser, Mujer de Sabiduría o casa del Universo, también llamada Cansa María, Unguma, Chumsuá, Bohío, Tambo, etc, según sea la denominación dada a este espacio ritual por cada etnia, cultura o Pueblo Indígena. Toda Maloca es construida por la minga de la comunidad y representa la vida misma.

Aunque el contacto con los conquistadores europeos data del siglo XVI, los wayús no fueron conquistados sino hasta muy tardíamente, después de la independencia de Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto la resistencia indígena, como las duras condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los wayús. Hacia el año 1800 se estimaba que la población de indígenas no sometidos (llamados salvajes) de La Guajira era de 10.000 entre motilones (ellos 1800), chimilas, goagiros, archuacos, tupes y cocinas. En 1812 los estimaban en 40.000 almas, de ellos 1.500 lanzas con las que atacaban pueblos fronterizos. Ocupaban el territorio entre Maracaibo y Riohacha y eran conocidos genéricamente como los guajiros, de estos los más numerosos e importantes eran los wayús. 


Durante el siglo XIX los gobiernos de ambas repúblicas empezaron a hacer planes para someterlos, en 1841 eran 18.000 gentes de los que 3000 serían guerreros, conocidos por su ferocidad. Los guajiros eran entre 90.000 y 150.000 a mediados del siglo, en 1858 eran 35.000 a 40.000 wayú. Las primeras campañas del gobierno venezolano comenzaron en 1830, continuando con la construcción de varios fuertes y líneas de trincheras que hicieron avanzar la frontera cada vez más al norte, hacia 1893 habían quedado sometidos y reducidos. Lo mismo hizo el gobierno de Colombia, terminando por repartirse el territorio.

La intervención europea supuso, sin embargo, la pérdida de tierras agrícolas y áreas de caza, que los wayús compensaron con el pastoreo de especies introducidas, especialmente las cabras y, en menor medida, bovinos. Conflictos frecuentes ocurrieron por la política de los europeos de controlar la pesca de perlas. Luego, aprovechando los enfrentamientos entre españoles, holandeses e ingleses, fueron capaces de desarrollar una actividad comercial intensa, que ampliaron durante el período republicano.


A pesar de la expansión de las dos Repúblicas sobre su territorio, los wayús mantuvieron una amplia autonomía extralegal que sólo recientemente han reconocido constitucionalemente ambos estados y que se caracteriza por la aplicación del derecho propio en todo el territorio propio.

jueves, 3 de marzo de 2016

Población y Geografía 

Los wayú son el pueblo indígena más numeroso de Venezuela y de Colombia; representan cerca del 11% de la población del estado Zulia y cerca del 45% de la del departamento de La Guajira. El 97% de la población habla su idioma tradicional que es el wayuunaiki, el 32% habla el castellano, un 66% no ha recibido ningún tipo de educación formal. La población wayú en Colombia, según el censo de 2005, es de 270.413 personas, las cuales representan el 20% de la población indígena del país, siendo el grupo más numeroso en Colombia. Según el censo de 2011 en Venezuela los wayyu son 415.498. Ya anteriormente, según los datos estimativos de Venezuela, la población conjunta de los dos países superaba los 400000 wayús La organización social es caracterizada por clanes 

Ocupan un territorio de 15.300 km2 dentro del departamento colombiano de la Guajira, Colombia, y 12.000 km2 dentro del estado Zulia, Venezuela. El clima de sabana xerófila al sur y occidente (Baja Guajira) y de estepa árida o semiárida al norte y oriente (Alta Guajira), es cálido y seco, la lluviosidad de esta región es muy reducida y sólo hay lluvias en el juyapu, entre septiembre y diciembre. En la Alta Guajira está el denominado Macizo Guajiro  conformado por las serranías Macuira, Jala'la, Chiare, Cojoro, Cocinas y el cerro Epitsú, que alcanzan hasta 900 m.s.n.m.
Al sur de la baja Guajira corren, hacia el occidente el río Ranchería y el río Limón hacia el oriente.

Los wayús habitan la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de Venezuela, sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería (Colombia) y El Limón (Venezuela). Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre, seguida de una época de sequía, conocida como Jemial, que va desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para terminar con una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.